El motor al ralentí ocurre cuando el motor sigue funcionando mientras el vehículo permanece estacionado, es decir, el motor sigue funcionando pero el vehículo no se desplaza. Ejemplos comunes de este proceso incluyen cuando los conductores dejan el motor encendido durante el tráfico pesado, en semáforos, mientras descargan paquetes o durante descansos.
Dejar en marcha el motor contamina el aire, aumenta el consumo de combustible y provoca un desgaste innecesario del motor. Por lo tanto, abordar este problema directamente puede generar ahorros significativos para tu flota mientras mejora sus esfuerzos de sostenibilidad al disminuir las emisiones dañinas de CO2.
Aunque algunas situaciones son inevitables, existen medidas que se pueden implementar para minimizar su frecuencia.
Primero, el motor al ralentí a menudo resulta del comportamiento del conductor, por lo que concienciar a nuestros conductores es de vital importancia. Implementar un programa de conducción ecológica nos permitirá promover la eficiencia, equipando a los conductores con las herramientas necesarias para una operación lo más limpia y segura posible del vehículo.
En segundo lugar, la tecnología también juega un papel importante en la reducción del tiempo en ralentí. Los gestores de flotas pueden aprovechar herramientas de recopilación de datos como el seguimiento GPS, hardware a bordo y software especializado para analizar los tiempos de ralentí y el uso de combustible en toda la flota.
En MICHELIN Connected Fleet, hemos desarrollado soluciones integrales de gestión de flotas que integran software innovador con hardware diseñado específicamente para combatir este problema de manera efectiva. Si estás interesado en optimizar la eficiencia y el impacto ambiental de tu flota, no dudes en contactarnos hoy mismo para obtener más información sobre nuestras herramientas y servicios de asesoramiento.