La industria del transporte y la logística se encuentra inmersa en un proceso de cambio hacia un modelo más sostenible. Esto se traduce en la aceleración del proceso de transición hacia un modelo de flota ecológica.

Sin embargo, estas soluciones modernas para los vehículos han planteado nuevas cuestiones a los gestores de flotas. A destacar, las relativas a la integridad y el deterioro de las baterías de los vehículos eléctricos. Este punto es análogo a cómo las capacidades de una batería de teléfono se reducen a medida que envejece, lo que lleva a muchos a preguntarse si lo mismo puede decirse de las baterías de los vehículos eléctricos, así como lo que esto significa para la eficiencia de la flota a largo plazo.

¿Qué es la degradación de la batería?

En pocas palabras, la degradación de las baterías se produce cuando se reduce de forma permanente la cantidad de energía que una batería puede almacenar, es decir, disminuye su capacidad de suministro de energía. La degradación de las baterías es un fenómeno inevitable porque es algo natural. En concreto, viene marcada por los procesos fisicoquímicos que tienen lugar en el interior de las celdas de una batería.

El término "estado de salud" (del inglés state of health o SoH) denota la situación particular de una batería, y se refiere a la cantidad de kilovatios hora que es capaz de proporcionar. Como habrás observado en tu teléfono móvil, el ciclo de vida de una batería comenzará con un estado de salud del 100% antes de ir deteriorándose con el tiempo. Estos kilovatios hora no representan la posible distancia que puede recorrer un vehículo eléctrico, ya que hay varios factores que influyen más allá de la autonomía del vehículo, como pueden ser el comportamiento al volante, la carga del vehículo, el número de ciclos de carga, así como circunstancias del entorno en que se encuentre el conductor durante el trayecto.

La degradación de la batería se produce de dos formas, conocidas como envejecimiento natural y envejecimiento cíclico. El primero, se produce gradualmente cuando la batería no está en uso y se ve afectado por la temperatura, su estado cambiante y el tiempo que le queda a la batería. En el segundo caso, el envejecimiento se produce durante la carga y descarga de la batería. Evidentemente, ambos procesos de envejecimiento no pueden evitarse. Aquí es donde surgen las preocupaciones de los gestores de flotas, debido a que se considera que una batería de vehículo eléctrico está al final de su vida útil cuando su SoH cae al 70%. No obstante, es posible que una batería de un vehículo eléctrico funcione con normalidad pasado este punto de su vida útil, lo que suele ocurrir después de unos 10 años de uso. Asimismo, se pueden obtener garantías para las baterías que cubren un buen número de años.

¿Cuánto dura la batería de un vehículo eléctrico?

A pesar de ser una pregunta totalmente razonable, preguntar cuánto duran las baterías de los vehículos eléctricos tiene pocas probabilidades de obtener una respuesta directa. La razón principal es que existen numerosos factores que determinan la duración de la batería de un vehículo eléctrico.  

Los factores que influyen en el ritmo de degradación de una batería de Vehículo Eléctrico son los siguientes: la frecuencia con la que se utiliza, el modo en que se utiliza (velocidad media, frenado, etc.), las condiciones ambientales, si suele funcionar con un estado de carga alto o bajo, su edad y la frecuencia con la que se carga y descarga. Por consiguiente, la salud futura de una batería de ión-litio fluctúa y sólo puede decidirse de forma individual. Aunque, por regla general, si tratamos un vehículo eléctrico con sensatez prolongamos inequívocamente su ciclo de vida.

¿Influye el estado de las baterías en la depreciación?

La adquisición y retirada de vehículos son aspectos de la gestión de flotas en los que los gestores concentran buena parte de sus esfuerzos. Si estos procedimientos fundamentales de la gestión de flotas no se llevan a cabo con sensatez, la eficiencia de las operaciones globales se resentirá. En este contexto, la gran mayoría de los gestores de flotas que estén pensando en adoptar vehículos eléctricos se verán arrastrados a deliberar sobre las implicaciones financieras. Es decir, ¿disminuirá el valor residual de la batería de un vehículo eléctrico debido a su mal estado?

Puede que te sorprenda descubrir que si tienes un vehículo eléctrico con una batería con un 70% de SoH, otro vehículo con un estado casi idéntico y una batería con un 90% de SoH se valoraría de forma similar. Al no disponer de datos 100% fiables sobre cómo valora el mercado los distintos vehículos eléctricos, es muy importante tener toda la información posible sobre el vehículo, su uso y estado general para una valoración lo más acertada posible. 

¿Pueden los gestores de flotas minimizar la degradación de las baterías?

Teniendo en cuenta que el tratamiento de la batería de un vehículo eléctrico determina en gran medida la velocidad a la que se deteriora, es importante señalar que efectivamente los gestores de flotas pueden reducir la degradación de las baterías. Al igual que se acelera la electrificación de las flotas, también lo hace la evolución de la propia tecnología que la rodea.

Por ejemplo, hay sistemas diseñados para incorporar la gestión térmica con el fin de garantizar que la batería de un vehículo eléctrico sólo se cargue a la temperatura óptima. Al fin y al cabo, se ha demostrado que las baterías sobrecalentadas se degradan mucho más rápido. Además, es una buena práctica mantener las baterías a una capacidad mínima no dejando que se agoten por completo, algo que también disminuye la vida útil de una batería.

Minimizar el deterioro de la batería también puede ser una simple cuestión de cambiar el estilo de conducción o la ruta que se sigue a lo largo de una entrega. Cuando tenemos en cuenta que, con una solución específica e inteligente, se puede acceder a todos estos datos en el momento, podemos ver que una gestión eficiente tanto de las baterías en particular como de una flota eléctrica en general, sólo requiere de las herramientas adecuadas.